¡¡¡Una ciencia, que, no es de fiar!!!
Toda ciencia, cuyas bases, son, unos misterios, totalmente ajenos, a la felicidad humana (o al pensamiento humano, más, o menos, feliz).
Esta ciencia, siempre será, una ciencia, totalmente defectuosa, tarada, sin ninguna exactitud, o sin ninguna precisión.
Le pido a Dios, que varíe, a la felicidad humana, de tal manera, que, haga aparecer, en el mundo, a millones de diamantes gigantes, semejantes, a las pirámides de Egipto.
Javier Rubio Ortín
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