Una oración, que siempre, agrada a Dios.

Una oración, que siempre, es del agrado, de Dios.

Padre eterno:
Quiero, que vuelvas, a mi persona, invisible en el cosmos, y visible en el cielo, completamente sana, es decir, sin que mi persona, sufra, en este tránsito, ninguna enfermedad, de por medio.
Y por tanto, si mi persona, estuviera enferma, previamente, de alguna enfermedad, primeramente, le curas, esa enfermedad, de forma milagrosa, y después, al cabo de una semana, de estar, completamente sana, mi persona, la vuelvas, invisible en el cosmos, y visible en el cielo.
Y quiero, que hagas, lo mismo, con todas las personas, habitantes del mundo, para que, todas esas personas, habitantes del mundo, se vuelvan, de sus ídolos, a Ti, el Dios, verdadero.

Javier Rubio Ortín

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