Jesucristo, dedicado a despertar, a la vigilia, a unas personas, 100 % dormidas.
Es decir, a unas personas, que, si Jesucristo, no las hubiera despertado a la vigilia, de nuevo, muy pronto, todas esas personas, se hubieran vuelto, invisibles en el cosmos.
Es decir, a unas personas, que jamás sufrieron, una enfermedad, y una agonía, previa.
Es decir, a unas personas, que simplemente, conciliaron, unos sueños, plenamente felices, sin ninguna enfermedad, de por medio.
Y por este motivo, Jesucristo, no se cansaba nunca, de decir, a todos, que, no resucitaba a unas personas, muertas, sino, que se limitaba, a despertar, a la vigilia, a unas personas, 100 % dormidas.
Javier Rubio Ortín
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