El orden, y el desorden, en una persona.
Una persona, posee, orden, en sí misma, en la medida, en que, esa persona, se parece, a un diamante puro, invisible, a los ojos humanos, es decir, una persona, posee orden, en la medida, en que, esa persona, tiende a ser, plenamente feliz, mientras duerme…
[Persona feliz] = [Persona ordenada] = [Persona sana]
Y una persona, posee, desorden, en sí misma, en la medida, en que, esa persona, se parece, a los gases, y la fuego, y tiende a poseer, por tanto, una felicidad nula, mientras está despierta a la vigilia.
[Persona infeliz] = [Persona desordenada] = [Persona enferma]
Es decir, cuando, la felicidad de una persona, crece, esa persona, se ordena, así misma.
Y cuando, la felicidad, de una persona, disminuye, esa persona, se desordena, a sí misma.
Y por este motivo, un medicamento falso, como, es capaz de volver, más feliz, a una persona, por tanto, ese medicamento falso, es capaz de ordenar, a esa persona.
Javier Rubio Ortín
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