Una nave de Dios, para cada familia del mundo.

Los millones de naves de Dios.

Es decir, los carros de fuego, nubes bíblicas, naves celestiales, u ovnis piramidales, que, son capaces, de variar, las felicidades, de todas las personas, entre, una máxima, y una mínima, y de esa manera, las personas, podemos viajar, libremente, por el cielo, y por todo el cosmos, por medio, de ellas, y siempre, dentro de nuestras mentes, más, o menos, felices.

Es decir, las naves, que, vuelan, los cielos del planeta tierra, muy a menudo, y se pueden encontrar, filmadas, en internet (Buscar: Ovnis piramidales).

Es decir, las naves, que, los últimos, veinticinco años, han dejado, en los cielos del mundo, unas estelas de vapor, a veces, enormes, a veces, pequeñas, y a veces, nulas.

Es decir, unas naves, dominadoras del fuego, que, la ciencia, del mundo, no será capaz, de reproducir, jamás.

Es decir, las naves, que sirvieron de modelos, para, las pirámides de Egipto.

A una, de estas naves, fue arrebatado, el profeta Elías, en presencia del profeta Eliseo.

En los interiores de esas naves, viajan, sin duda alguna, todas las personas, que dejan de vivir, en el planeta tierra, todos los días, y a todas las horas, de forma continua.

Por medio, de estas naves, se produjo, el primer éxodo de Moisés, y a estas naves, seremos arrebatadas, todas las personas, con el fin del mundo, tal, y como, lo profetizaron, hace, dos mil años, tanto, Jesucristo, como, s. Pablo, con el éxodo final, anunciado, en el libro del Apocalipsis.

¡¡¡Para, cada familia del mundo, una de estas naves, en propiedad, eterna!!!

¡¡¡Las naves, de la Iglesia peregrina, de Dios!!!

Javier Rubio Ortín

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