¡¡¡Hacia, la eterna juventud!!!
Y por tanto, hacia, el olvido total, del interior tenebroso, del planeta tierra (o mundo), por parte, de todas las personas…
¡¡¡Esos, deben de ser, los destinos finales, de absolutamente, todas las personas, hombres, y mujeres, tras concluir, nuestras redenciones sufridas, del mal, en dicho mundo!!!
Y convertirnos, por tanto, absolutamente, todas las personas, hombres, y mujeres, en unos cosmonautas de Dios (Hijos, e Hijas), de dieciocho años, de edad máxima, insuperable, viajeros, libres, por el cielo, y por todo el cosmos, por medio, de los millones de naves de Dios, u ovnis piramidales, que desconocen, enteramente, que, puede ser, eso, del interior tenebroso, de un planeta del cosmos, como el interior tenebroso, del planeta tierra, gracias, al poder purificador de Dios.
Javier Rubio Ortín
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