¿Por qué, una persona (A), es capaz de observar, con sus ojos, a otra persona (B)?
Pues, porque, la persona observadora (A), posee, una determinada felicidad, F (AB).
Y por tanto, si esa felicidad, F (AB), de esa persona (A), varía, un cierto grado, puede ocurrir, potencialmente, que la persona (B), se vuelva, totalmente invisible, a los ojos, de la persona (A), de una forma instantánea.
Javier Rubio Ortín
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