Si una persona, rechaza, la verdad, por completo, tras conocerla…
Pues, el Espíritu Santo, huye, de esa persona, transitoriamente, hasta que, esa persona, sea convertida, en el futuro, en la tripulante, de una nave de Dios, viajera, libre, por el cielo, y por todo el cosmos.
Pero, si una persona, acepta, esa verdad, tras conocerla, el Espíritu Santo, hace su morada, en esa persona, de una forma permanente, o para siempre.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment