Los hijos del diablo.
Es decir, los hijos, espirituales, del autor, de la estancia humana, en los interiores tenebrosos, de unos planetas del cosmos, como, el planeta tierra, poblados, por millones de dinosaurios vivos, si no lo impide, el poder protector de Dios.
¿A que se dedican, todas, estas personas, desde hace, diez mil años?
Pues, a redimirse del mal, ellas mismas, por medio, de sus vidas sufridas, y también, a redimir del mal, a todas las demás personas, por medio, de los males, que, generan, en todas las demás personas, es decir, se han dedicado, desde siempre, estas personas, a finalizar, justamente, o según la justicia de Dios, toda la obra que inició, hace diez mil años, el padre espiritual, de todas estas personas, el diablo.
Javier Rubio Ortín
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