Inspirar, o expirar.
Una persona, puede dejar, de respirar, de dos maneras, posibles:
A / Muy placenteramente, por medio, de una gran inspiración, final (Salvación).
B / De una manera, terriblemente dolorosa, por medio, de una expiración, final (Condenación).
En el primer caso, la persona, en cuestión, se duerme, muy profundamente, en el cielo, y se vuelve, después, invisible, a los ojos humanos, como, el patriarca Eno, o como, mi madre anciana.
Y en el segundo, caso, la persona, en cuestión, se despierta, por completo, a la vigilia, y se vuelve, finalmente, un horrible cadáver, totalmente feo, totalmente blando, totalmente asimétrico, totalmente irregular, totalmente desordenado.
A lo largo, de diez mil años, absolutamente, todas las personas, han optado, siempre, por la opción, A /, y por tanto, no ha habido, nunca, una persona, que optara, por la opción B /.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment