La verdad, sin restaurar, y la verdad, restaurada, por el profeta Elías.
La verdad, sin restaurar, es la verdad, casi destruida, enteramente, por el mundo, y por tanto, la verdad, sin restaurar, es algo, completamente tenebroso, irracional, e impracticable, y en la cual, tanto, el pecado, como la salvación, como, la redención, como, la purificación, como, la vida eterna, solo son, densas tinieblas, incomprensibles, para la inteligencia humana.
En cambio, la verdad, restaurada, por el profeta Elías, es algo, completamente luminoso, bello, completamente racional, que la pueden comprender, hasta, los niños, de corta edad, y en la cual, tanto, el pecado, como, la salvación, como, la redención, como, la purificación, como la vida eterna, son, todos ellos, unos asuntos, muy dulces, para la inteligencia humana.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment