Jesucristo, el Camino, vivo, a Dios.
Porque, Dios, vive, para siempre, y por tanto, Dios, no es, ningún cadáver.
Y así, como, Jesucristo, en su transfiguración (Y tras su crucifixión), viajó, al cielo, completamente sano, es decir, sin sufrir, ninguna enfermedad, de por medio, así, de la misma manera, debemos, de viajar, al cielo, absolutamente, todas las personas.
¡¡¡No es necesario, por tanto, el suicidarse, para, poder viajar, al cielo, porque, Dios, no está muerto, sino, que vive, para siempre!!!
Javier Rubio Ortín
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