Muy pronto, muy pronto, muy pronto…
…Le pediré, a mi Dios, que, me conceda, un sueño, plenamente feliz, y por tanto, transmute, a toda, mi persona, por medio, de ese sueño, en un diamante, eterno, o inmortal, y por tanto, mi persona, viaje, al cielo, y sea, plenamente feliz, en ese cielo.
Y cuando, suceda, todo esto, esa misma noche, todo el mundo, por medio, del poder de Dios, huirá, completamente vivo, a otros planetas, del cosmos, las naves, piramidales, o el cielo.
Según, Jesucristo, cuando, se vean, señales, milagrosas, en el sol, la luna, y los cielos nocturnos, todo esto, se llevará, a cabo.
Javier Rubio Ortín
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