El cuerpo glorioso de Dios.
Es, la suma, de todos los cuerpos, de todas, las personas, plenamente felices.
Y por tanto, si muriera, alguna vez, un cuerpo humano, moriría, también, el cuerpo, glorioso, de Dios.
Cualquier, cuerpo humano = Piedra viva, del edificio, de Dios = Templo, del Espíritu Santo
Javier Rubio Ortín
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