El cosmos.

El cosmos.

¿Qué es?
Pues, el cosmos, es, las infinitas formas, potenciales, diferentes, que puede, adquirir, la felicidad humana, al oscilar, esa felicidad, entre, una expresión, máxima, y una expresión, mínima.
Y por tanto, solo, hay cosmos, si hay personas, que, lo piensan, a ese cosmos, al ser, más, o menos, felices.
Es decir, cuando, ninguna, persona, piensa ya, a ese cosmos, pues entonces, ese cosmos, deja de existir, enteramente.
Es decir, si todas, las personas, adquirimos, una cierta felicidad, límite, durmiendo, entonces ocurre, que, todo, el cosmos, deja de existir, enteramente, y por tanto, en este caso, solo existen, los argumentos, de nuestros sueños, nada más.
Absolutamente, todas, las personas, somos, por tanto, unos cosmonautas, que al incrementar, o disminuir, nuestras felicidades, de forma adecuada, podemos viajar, dentro, de nuestras mentes, por los infinitos universos, del cosmos.
Cuanto, más feliz, es, un universo, más quieto, es, ese universo, es decir, menor es, su velocidad, de la luz, correspondiente, y cuanto, menos feliz, es, un universo, más movido, es, ese universo, es decir, mayor es, su velocidad, de la luz, correspondiente.
Las personas, incrementamos, nuestras felicidades, por medio, de la influencia, de todo, lo sólido, y disminuimos, nuestras felicidades, por medio, de la influencia, de los gases, y el fuego, de manera que, las personas, viajamos, por el cosmos, por medio, de unas naves, hechas, de una dureza, variable.
Ningún animal, de ningún planeta del cosmos, es capaz, de transmutarse, en un cosmonauta, viajero, por el cosmos.
La verdadera casa, de todas, las personas, no está, en ningún planeta del cosmos, sino, que está, fuera del cosmos, es decir, en el cielo, o nuestra felicidad máxima.
Cuando, las personas, dejamos, de habitar, el cosmos, desaparecemos, de ese cosmos, sin dejar rastro.
Y cuando, las personas, invadimos, el cosmos, de nuevo, bien, aparecemos, en ese cosmos, como, unos fantasmas, materializándose, o bien, nacemos, por medio, del vientre, de una mujer.
El cosmos, pues, como, el mismo, pensamiento humano, es, infinito, potencialmente, pero, de todo ese cosmos, infinito, potencial, solo existe, el cosmos, que pensamos, las personas, en cada momento, de manera que:
[Universos potenciales, del cosmos] = Infinitos
[Universos reales, del cosmos] = [Solo aquellos, universos, que, los pensamos, las personas, en cada momento]

[Planetas potenciales, del cosmos] = Infinitos

[Planetas reales, del cosmos] = [Solo aquellos planetas, que, los pensamos, las personas, en cada momento]

Javier Rubio Ortín