La inmortalidad de Jesucristo.
Una persona, se vuelve, inmortal, cuando, esa persona, desaparece, del mundo, sin dejar rastro.
Tras, su crucifixión…
¿Desapareció, Jesucristo, del mundo, en su tumba, es decir, se volvió, inmortal, Jesucristo, en su tumba?
Pues, si millones, y millones de personas, de todo el mundo, se volvieron, inmortales, en sus tumbas, es decir, desaparecieron, del mundo, en sus tumbas, entonces…
¡¡¡Jesucristo, también, se volvió, inmortal, en su tumba, es decir, Jesucristo, desapareció, del mundo, en su tumba!!!
En otras, palabras:
Jesucristo, inmortal = Todas, las tumbas, del mundo, sin cadáveres humanos
Javier Rubio Ortín
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