El final, progresivo, del mal, en la vida humana. Cielo, nuevo, y cosmos, nuevo.
En toda la creación, se ha producido, siempre, un mal, filtrado, previamente, por la providencia, de Dios.
Ahora bien, para, todas, aquellas personas, que, se quieran purificar, del mal, el mal, dejará de existir, en sus vidas, de forma rápida, y para siempre.
Pero, para todas, aquellas personas, que deseen, permanecer, impuras, el mal, desaparecerá, poco, a poco, de sus vidas, pues estas personas, de forma progresiva, habitarán, unos planetas, cada vez, menos, malignos, es decir, unos planetas, cada vez, más parecidos, a unos planetas, aprobados, por Dios, y además, estas personas, siempre, estarán a tiempo, para, purificarse, del mal, por medio, del poder de Dios, cuando, lo deseen, libremente.
Cuando, el mal, haya desaparecido, enteramente, de la vida humana, entonces, Dios, establecerá, un cielo nuevo, y un cosmos nuevo, en los cuales, ninguna persona, podrá encontrar, el mal, jamás, por mucho, que, lo busque.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment