La salvación, sin cadáver, o con cadáver.
Una persona, concilia, un sueño, plenamente feliz, por medio, del poder, de Dios, y por tanto, esa persona, por medio, de ese sueño, habita ya, en el cielo, o esa persona, por medio, de ese sueño, es, salvada-librada, de la muerte cadavérica, por el poder, de Dios.
Pero, el cuerpo, completamente dormido (Completamente endurecido), de esa persona, en el mundo, aún, puede tener, estos dos destinos, finales:
1º Desaparecer, del planeta tierra, sin dejar rastro, tras de sí (Su destino natural).
2º Convertirse, en un cadáver, transitoriamente (Su destino extraordinario), y posteriormente, desaparecer, del planeta tierra, sin dejar rastro.
¡¡¡Lo natural, por tanto, es un planeta tierra, sin ningún cadáver humano!!!
Javier Rubio Ortín
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