Pedirle cosas a Dios.
No es, ni será, jamás, ningún delito.
Cosas, como, todas estas:
Le pido, a Dios, que, absolutamente, todas, las personas, desaparezcamos, del planeta tierra, mientras dormimos, apaciblemente.
Le pido, a Dios, que, esta misma, noche, cure, a todos, los cánceres, que sufren, todas, las personas, que conocen, la existencia, de mi persona.
Le pido, a Dios, que, esta misma noche, transmute, a todas, mis pirámides, hechas, de aluminio, en unas pirámides, hechas, de oro.
Le pido, a Dios, que, esta misma noche, cree, en el centro, de Europa, un río, muy caudaloso, completamente nuevo, que recorra, varios países, de esa Europa, hasta el final, del mundo.
Le pido, a Dios, que, todas las personas, que hayan, completado, el 95 %, de sus redenciones, en lugar, de envejecerse, se rejuvenezcan, cada día.
Le pido, que, esta, misma noche, haga aparecer, en España, una nueva cordillera, con unos montes, más elevados, que los que existen, en la actualidad.
Javier Rubio Ortín
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