El pecado, de una persona…
Consiste, en todo, lo que, le queda, por sufrir, a esa persona, en el mundo, para, poder poner, esa persona, un punto final, definitivo, a su vida sufrida, por medio, de la justicia de Dios.
De manera, que, el pecado, de un anciano centenario, es, extremadamente pequeño, y en cambio, el pecado, de un joven, suele ser, grande.
Javier Rubio Ortín
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