Cuando, Dios, se enfada, por un asunto…
¡¡¡Llena, a ese asunto, de densas, tinieblas!!!
Como, Jesucristo, tras su crucifixión, ocultó, al mundo, su salvación, Dios, se enfadó, muchísimo, y por tanto, Dios, llenó, el final, de la crucifixión, de Jesucristo, de densas tinieblas.
Javier Rubio Ortín
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