Hacia una vida sin gases.

Hacia una vida sin gases.

Es decir, hacia, la vida, de un mineral.
O hacia, la vida, de un diamante, cobijada siempre, esa vida, dentro, de una pirámide, cuyas aristas, tienden a ser, iguales, entre sí.
Es decir, si queremos, dejar, a una persona, sin gases, la debemos, de cobijar, a esa persona, siempre, dentro, de la quietud, de un mineral, un diamante, o dentro, de una pirámide, cuyas aristas, tienden a ser, iguales, entre sí.

Javier Rubio Ortín

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


3 − = dos