La sexualidad humana.
Es obra, de Dios, esa sexualidad, humana, si esa sexualidad humana, no conoce, lo que es, el sufrimiento, o mal, en el interior tenebroso, de un planeta del cosmos, como, el planeta tierra.
Y por tanto, deja, de ser, una obra de Dios, la sexualidad humana, si esa, sexualidad humana, conoce, lo que es, el sufrimiento, o mal, en el interior tenebroso, de un planeta del cosmos, como, el planeta tierra.
Javier Rubio Ortín
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