La ordenación de un cadáver.

La ordenación de un cadáver.

 

 

 

 

Por medio, de su cobijamiento, dentro del orden, de un mineral, como, la sal.

O por medio, de su cobijamiento, dentro del orden, de una pirámide, con aspiraciones, de regularidad.

Estas ordenaciones, de ese cadáver, son, en realidad, la resurrección, de ese cadáver, a una vida eterna, o vida mineral.

Es decir, un pernil, por ejemplo, es en realidad, el cadáver de un cerdo, resucitado, de nuevo, a su vida eterna mineral, por medio, del mineral, de la sal.

Y unas anchoas, en salazón, lo mismo, que el pernil.

Y una persona resucitada por Dios, viene a ser, lo mismo, que un pernil, o unas anchoas, en salazón, es decir, un cadáver, mineralizado, hasta su conversión, en un diamante puro.

 

 

Javier Rubio Ortín

 

 

 

 

 

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


− 3 = uno