La vencedora de la muerte cadavérica.
Es decir, el interior, de una pirámide, que aspira a ser, 100 %, regular.
Imposible, el que, una persona, cobijada, en el interior, de una pirámide, que, aspira a ser, 100 %, regular, se convierta jamás, en un cadáver, porque, todos los cadáveres, cobijados dentro de esa pirámide, tienden a dejar de ser esos cadáveres, y convertirse, en minerales.
Y por tanto, la persona, cobijada, dentro de una pirámide, que aspira a ser, regular, en lugar de tender a enfermarse, y convertirse, en un cadáver, tiende a convertirse, en uno mineral, y por tanto, tiende a volverse, eterna, como, ese mineral.
Javier Rubio Ortín
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