Alternar, la vida celestial, con la vida cósmica.

Alternar, la vida en el cielo, con la eterna juventud, en el cosmos.

 

 

 

Es decir, alternar, la vida humana, invisible a los ojos humanos, en el sueño eterno del reino de los cielos, el cielo, y la eternidad, con la vida humana, cósmica, visible a los ojos humanos, y potencialmente mortal.

Es decir, alternar, un cierto tiempo, celestial, e invisible, a los ojos humanos, con otro tiempo, cósmico, visible a los ojos humanos, de manera, que, esa vida, cósmica, visible a los ojos, pueda ser, eternamente joven, y completamente libre, de enfermedades.

De manera, que ninguna persona, hombre, mujer, supere, jamás, los dieciocho años, de edad, en su vida, visible, y viajera, por el cosmos.

 

 

 

 Javier Rubio Ortín

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