Ahora vivo, en el mundo…
…Y en unos, breves segundos, ya vivo, en el cielo…
Sin, ningún dolor, de por medio.
Sin, ninguna agonía, de por medio.
Sin, ninguna enfermedad, de por medio.
Es decir, completamente sana, mi persona.
Es decir, como, Jesucristo, en el episodio, de su transfiguración.
Y si ese, es mi deseo, puedo dejar, de vivir, en el cielo, y vivir, en el cosmos, de nuevo, instantáneamente, como, una persona, que despierta, a la vigilia, de un sueño, muy feliz.
Javier Rubio Ortín
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