Como, Dios, volvió invisible, a mi madre…
Hace unos años…
…Lo mismo, que, al patriarca Enoc (Leer la Biblia)…
Y de esa manera, mi madre, no se convirtió, en un cadáver, en el mundo, jamás…
Pues, lo mismo, mi propia persona, y lo mismo, absolutamente, todas las personas, habitantes del mundo, aunque este, hecho, sea conocido, en el mundo, de una manera, totalmente deficiente.
¿Y que significa, todo esto?
Pues, esto significa, que, absolutamente, todas las personas, que habitamos, el mundo, pues nunca, hemos dejado de ser, en realidad, los cosmonautas atlantes, viajeros, libres, por el cielo, y por todo el cosmos, de los que habló, Platón, en sus obras, La Atlántida, y El mito de la caverna, más, o menos, alienados, por el interior tenebroso, del planeta tierra, o también, los Hijos de Dios, de Dios, y las Hijas, de Dios, de los que habla, la Biblia, viajeros, libres, por el cielo, y por todo el cosmos, por medio, de los millones de naves de Dios, más, o menos, alienados, por el planeta tierra.
Javier Rubio Ortín
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