Dar, la vida….
La providencia, de Dios, ha servido, sirve, y servirá, siempre, para que, ninguna persona, muera, jamás, en el mundo, sino, que, absolutamente, todas las personas, sean abducidas, completamente vivas, bien sea, al reino, de los cielos, bien sea, a los ovnis.
Así que, en la palabra, de Dios, no tiene, ningún sentido, el dar, la vida, por ninguna, razón.
Como, Jesucristo, no quiso, el ser abducido, en la misma cruz, a la vista, de todos, sino, que prefirió, el ser abducido, en su tumba, el Padre, llenó, el final, de su crucifixión, de densas tinieblas, y un gran terremoto.
Javier Rubio Ortín
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