Dios, el falso traidor, de las personas.
Toda persona, que nace, en el planeta tierra, nace solamente, para sufrir, una cierta cantidad de mal, de parte, de ese planeta tierra, que, en el futuro, la liberará del sufrimiento, a esa persona, para siempre, de una manera justa.
Pues bien, como, Dios, amaba a su amigo, Job, muchísimo, quiso liberar, del mal, a su amigo, Job, para siempre, y para, poder lograr su objetivo, Dios, se tuvo que convertir, en el falso traidor, de su amigo, Job, y mandarle, a su amigo, Job, una cierta cantidad de mal.
Pues bien, lo mismo, que Job, todas las demás personas, incluidos, Jesucristo, s. Pablo, o s. Pedro, por ejemplo.
Javier Rubio Ortín
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