Dios mío, quiero viajar, al cielo…
…En unos, breves instantes, completamente sano, y sin tener, que sufrir, por tanto, mi persona, ninguna enfermedad-dolor-muerte, de por medio.
Cuantas, personas, en el mundo, han viajado, de esa, gloriosa manera, al cielo, y la torpeza infinita, del mundo, ha confundido, después, a estas personas, con unas personas, que, supuestamente, se han muerto, súbitamente.
Es decir, el mundo, es, tan torpe, que, no sabe, lo que es, la muerte, verdadera, de una persona.
Javier Rubio Ortín
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