El cielo, la casa natural, de todas las personas.
Del cielo, provenimos, absolutamente, todas, las personas, que, habitamos, el cosmos, y por tanto, el cielo, es el destino final, natural, de absolutamente, todas, las personas, que habitamos, el cosmos.
Desde, el cielo, se puede viajar, al cosmos, de dos maneras:
1ª Apareciendo, la persona, en ese cosmos, como, un fantasma, que se hace real.
2ª Por medio, del vientre, de una mujer.
Y desde el cosmos, se viaja, al cielo, de dos maneras:
3ª Simplemente, conciliando, un sueño, plenamente feliz, y desapareciendo, por tanto, de ese cosmos, sin dejar rastro (Salvación)
4ª Conciliando, ese sueño, plenamente feliz, pero, tras terminar, de sufrir, en el mundo, una larga, y terrible, agonía (Muerte).
El cielo, es la vida humana, inmortal, natural, y por tanto, el cielo, carece, enteramente, de hospitales.
En el cielo, no transcurre, el tiempo, para las personas.
Javier Rubio Ortín
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