El cuerpo místico de Dios.
Es la felicidad humana, máxima.
Y por tanto, el cuerpo de Dios, es la suma, de todos los cuerpos, de todas las personas, porque, todas las personas, cuando, se vuelven, de felicidad máxima, sumadas, entre sí, conforman, a ese cuerpo de Dios, glorioso, e inmortal.
Y por este motivo, todas las personas, somos, inmortales, o nos volvemos, invisibles, en el cosmos, cuando, nuestras felicidades, se vuelven, las máximas, en lugar de morirnos, y convertirnos, en unos cadáveres.
Y todo esto, es lo que nos explicó, s. Pablo, cuando, nos habló, en sus cartas, del cuerpo místico, de Dios.
Javier Rubio Ortín
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