El Dios, de la Biblia, la ancianidad, y la juventud.

El Dios, de la Biblia, la ancianidad, y la juventud.

Para, el Dios, de la Biblia, una persona, anciana, es una persona, poco feliz, y una persona, joven, es una persona, más feliz.
Y por tanto, al Dios, de la Biblia, le basta, con volver, más feliz, de nuevo, a una persona, anciana, para transmutarla, en una persona, joven.
Si una persona, disminuye, su grado de felicidad, cada día, entonces, esa persona, se envejece.
Y si una persona, incrementa, su grado, de felicidad, cada día, entonces, esa persona, se rejuvenece.
Y si una persona, ni incrementa, ni disminuye, su grado, de felicidad, entonces, esa persona, ni se envejece, ni se rejuvenece.
Le pido, al Dios, de la Biblia, que todas, las personas, que, hayan completado ya, el 99 %, de sus redenciones, en lugar, de volverse, cada día, menos felices, se vuelvan, cada día, más, felices, y por tanto, en lugar, de envejecerse, se rejuvenezcan.

Javier Rubio Ortín

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