El Dios, de la Biblia, y una persona, enferma.
Para, el Dios, de la Biblia, una persona, enferma, de cualquier, tipo de enfermedad, es una persona, infeliz, y una persona, sana, es una persona, feliz.
Y por tanto, el Dios, de la Biblia, volviendo, felices, a las personas, enfermas, o personas, infelices, es capaz, de curar, a absolutamente, todas las enfermedades.
Y volviendo, plenamente felices, a las personas, el Dios, de la Biblia, las vuelve, inmortales.
Javier Rubio Ortín
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