El médico, Dios, y los médicos, del mundo.
Para, el médico, Dios, no existen, las enfermedades, incurables.
En cambio, para los médicos, del mundo, si que existen, esas enfermedades, incurables.
Es decir, el médico, Dios, vuelve, a absolutamente, todas, las personas, inmortales (Desaparecidas, del mundo, sin dejar rastro), en cambio, los médicos, del mundo, pues no.
Javier Rubio Ortín
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