El mundo, el traidor, de todas las personas.

El mundo, el traidor, de todas las personas.

 

 

 

Y por tanto, todos los asuntos mundanos, las personas, los debemos de poner, siempre, en una cuarentena, saludable, como unos asuntos, que no son, de fiar.

En cambio, todos los asuntos, 100 % extraterrestres, o 100 % celestiales, nunca traicionan, a las personas, pues son siempre, unos asuntos, muy nobles.

 

 

 

 

 

 

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