Enoc, en lugar, de Jesucristo.
El patriarca Enoc, tras sufrir en el mundo, la cantidad redentora, de mal, [R ^], que, lo liberaba del mal, para siempre, según la justicia de Dios, concilió, después de eso, un sueño, plenamente feliz, y por tanto, su persona, se volvió invisible, a los ojos, de todas las demás personas, pues su persona, abandonó, el mundo, completamente viva, sin dejar, ningún rastro suyo, en dicho mundo.
Y por tanto, en lugar de tener, como modelo, a la persona de Jesucristo, cualquier persona, que vive, en el mundo, puede adoptar, como, modelo a imitar, a la persona de Enoc, sin problema alguno.
Javier Rubio Ortín
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