El poder aquietador, de un edificio.
Una persona, cobijada, siempre, dentro, de un edificio, se vuelve, más quieta, que, esa misma persona, viviendo, al raso, del planeta tierra.
Si ese edificio, se parece, a una cueva, entonces, ese edificio, tiene, un mayor, poder, aquietador.
Y si ese edificio, se parece, a una pirámide, de gran perfección, geométrica, entonces, ese edificio, aún tiene, un mayor, poder, aquietador.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment