El poder del pecado.
Es decir, el poder, del interior tenebroso, del planeta, tierra.
Es decir, el poder, del mundo.
Es decir, el poder, del diablo.
Es decir, el poder, del mal.
Vuelve, a las personas, malvadas, mentirosas, violentas, defectuosas, homosexuales, bisexuales, etc., etc., etc.
Y por tanto, toda persona, que habita, el mundo (Planeta tierra), sufre, las consecuencias, lamentables, de pecar (o desobedecer a Dios).
Javier Rubio Ortín
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