El verdadero, juicio final, las ovejas, y los cabritos.
Todos, los que, le hicieron mal, a Jesucristo, se limitaron, a liberar-redimir, del mal, a ese Jesucristo.
Y por tanto, las verdaderas, ovejas, de Dios, son, todas las personas, buenas, malas, o regulares, que, tras concluir, sus redenciones, sufridas, del mal, optan, libremente, por purificarse, de ese mal, por medio, del poder de Dios.
Y por tanto, los verdaderos, cabritos, son, todas las personas, buenas, malas, o regulares, que, tras concluir, sus redenciones, sufridas, del mal, optan, libremente, por permanecer, impuras, o sometidas, a ese mal.
Javier Rubio Ortín
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