Jesucristo, el vencedor, del mal.
Es decir, Jesucristo, les enseñó, a sus discípulos, que, el soportar, en el mundo, una cierta cantidad, de mal, los liberaba de ese mal, para siempre, por medio, de la justicia, de Dios.
Es decir, toda persona, que sufría, una cierta cantidad, de mal, en el mundo, vencía, a ese mal, para siempre.
Javier Rubio Ortín
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