Jesucristo, oculta, al mundo, su salvación.
Y por tanto, Jesucristo, en lugar, de desaparecer, del mundo, en la misma cruz, a la vista, de todos, los presentes, en su crucifixión, desaparece, del mundo, sin dejar rastro, poco después, en su sepultura.
Consecuencias, de todo, esto:
1º Dios, llena, el final, de la crucifixión, de Jesucristo, de densas tinieblas, y una gran terremoto.
2º Millones, y millones, de personas, a lo largo, de veinte siglos, también, ocultan, al mundo, sus respectivas, salvaciones, es decir, también, desaparecen, del mundo, en sus sepulturas.
3º Jesucristo, logra pasar, a la historia, conocida, del mundo, por medio, de sus enemigos, los fariseos.
Javier Rubio Ortín
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