Judas Iscariote, y la justicia, de Dios.
Jesucristo, joven, tenía, una única, obsesión, liberarse-redimirse, del mal, en plena juventud, y en tan solo, unas doce horas, por medio, de la justicia, de Dios.
Y por tanto, Jesucristo, tenía la necesidad, de sufrir mucho, en esas, doces, horas.
Y este asunto, se lo comentó, a todos, sus discípulos, pero, solamente, su discípulo, Judas Iscariote, comprendió, realmente, lo que, Jesucristo, les quería, decir.
Así que, Judas Iscariote, se hizo, cómplice, con los planes, de Jesucristo, y accedió, a ayudar, a Jesucristo, en todo, para lograr, sus objetivos, plenamente.
Y por tanto, Jesucristo, gracias, a la ayuda, de su discípulo, Judas Iscariote, y gracias, a sus enemigos, los fariseos, se ajustició, a sí mismo, según, la justicia de Dios, y por tanto, se dejó, crucificar, y por tanto, Jesucristo, en tan solo, doce horas, logró, sufrir, de forma condensada, en la cruz, todo, lo que hubiera sufrido, su persona, en el mundo, si hubiera vivido, hasta su vejez, quedando, por tanto, totalmente liberado, del mal.
Javier Rubio Ortín
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