La carrera, de sufrimientos, de cualquier persona, en el mundo….
Termina, en el día, de la liberación del mal, de esa persona.
Y concluye, tras terminar, de sufrir, esa persona, en el mundo, una cierta cantidad, de mal, cuya magnitud, puede ser, igual, o inferior, a los sufrimientos, de Cristo.
Cuando, acabó, su carrera, de sufrimientos, en el mundo, Pablo de Tarso, se convirtió, en s. Pablo, y exclamó:
Ya nadie, me ocasione, más sufrimientos, jamás, porque yo, ya he sufrido, lo mismo, que, Jesucristo.
Javier Rubio Ortín
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