La combustión, o la mineralización, de cualquier animal.
Cualquier animal, puede tener, dos destinos finales, posibles:
A Quemarse, y convertirse, por tanto, ese animal, en gases, y en fuego, es decir, morirse, ese animal, tras sufrir, ese animal, un cierto sufrimiento, por medio, de una fuerza explosiva, fuerza de separación, o fuerza de la vigilia.
B Mineralizarse, y convertirse, por tanto, ese animal, en un mineral, mientras duerme, muy profundamente, por medio, de una implosión, fuerza de unión, o fuerza del sueño.
Y por tanto, la vida, de cualquier animal, bien puede acabar, muriéndose, convertida, en gases, y en fuego, o bien, puede finalizar, eternizándose, convertida, en la vida de un mineral.
¿Y la vida de un cadáver
Pues, lo mismo, que la vida de un animal, es decir, un cadáver, puede tender, a convertirse, todo él, en gases, y en fuego, enteramente, por medio, de una fuerza explosiva, fuerza de separación, o fuerza de la vigilia, o bien, puede tender, a convertirse, todo él, en un mineral, por medio, de una implosión, fuerza de unión, o fuerza del sueño.
Javier Rubio Ortín
Be First to Comment