La enemiga, principal, del Dios, de la Biblia…

La enemiga, principal, del Dios, de la Biblia…

Ha sido, siempre, es, y será, siempre, la muerte, potencial, de todas, las personas, en el planeta tierra.
Como, Jesucristo, tras su crucifixión, no quiso, salvarse (Desaparecer del mundo), en la misma cruz, es decir, no quiso salvarse (Desaparecer del mundo), a la vista, de todos los presentes, sino, que, quiso salvarse (Desaparecer del mundo), poco después, es decir, en su sepultura, cuando nadie, le observó, el Dios de la Biblia, llenó, a ese final, de la crucifixión, de Jesucristo, de grandes señales, de desaprobación, como, un gran terremoto, y densas tinieblas.

Javier Rubio Ortín

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