La esperanza, viva, imperecedera, inmarchitable, de s. Pedro.

La esperanza, viva, imperecedera, e inmarchitable, de s. Pedro…

Y por tanto, s. Pedro, se dejó, crucificar, con la esperanza, viva, imperecedera, e inmarchitable, de no morirse, jamás, al ser abducido, por Dios, completamente vivo, a un ovni, desde, la misma cruz, lo mismo, que, el profeta Elías.

Javier Rubio Ortín

Be First to Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


2 × tres =