La existencia, de cualquier persona.
Esa persona, con toda seguridad, alguna vez, en el pasado, fue, plenamente feliz, y entonces, esa persona, era, Dios.
Y en algún momento, esa persona, dejó de ser, plenamente feliz, y por tanto, esa persona, dejó, de ser, Dios, y se convirtió, en un Hijo de Dios.
¡¡¡Cualquier persona, hombre, o mujer!!!
Javier Rubio Ortín
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