La felicidad, de una persona, que vive, en el mundo.
Decrece, cuando, esa persona, piensa, el fuego, y crece, cuando, esa persona, deja, de pensar, a ese fuego.
Es decir, cuanto, más fuego, piensa, esa persona, menos, feliz, es, la vida, de esa persona, y cuanto, menos, fuego, piensa, esa persona, más feliz, es, la vida, de esa, persona.
Y por tanto, la felicidad, de una persona, que nace, en el mundo, en una determinada fecha (Una determinada, cantidad de fuego, una determinada felicidad, inicial), oscila siempre, cíclicamente, entre, una máxima (Menor, cantidad, de fuego), y una mínima (Mayor, cantidad, de fuego).
Y por este motivo, los días, más felices, y los días, menos, felices, de una persona, que vive, en el mundo, se suceden, sin parar, de forma cíclica, siguiendo, unas leyes matemáticas, muy precisas, que podemos, llamar:
Horóscopo, de esa persona
Javier Rubio Ortín
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